sábado, 15 de agosto de 2009

CASANOVA DE ANDAR POR CASA

He conocido al hombre de mi vida, de mi vida anterior quiero decir, donde yo debía una maruja infeliz para aguantar a tan magno hombretón.
Lo tiene todo, simpatía, don de gentes y atractivo, da gusto verle con esos andares chulescos de matador de toros jubilao, armonizado por el ruido de sus botines negros y ese pecho afeitado y varonil que de deja ver en su desabotonada camisa roja, diosss, es un adonis, y lo sabe.
La primera vez que se dirigió a mi fue para invitarme a pasar con él las vacaciones de verano, -yo lo pago todo, no te puedes negar-me dijo, y claro yo alucinada sin poder dormir, pensando en la suerte que he tenido.
Si señor, se viste por los pies como debe de ser, esa clase de hombre de la España profunda que sabe que el sitio de la mujer esta en la cocina y no duda en dejártelo claro.
Trabajador incansable, al margen de la envidia que le tienen los compañeros, porque ellos no están a su altura y lo saben, si no de qué le iban a evitar como lo hacen, con la conversación tan interesante que tiene, sobre él mismo, y no es pedantería por su parte, es simplemente que no sabe hablar de nada más y ni falta que le hace, la gente del centro cívico donde curra no saben apreciar su compañía, ellos se lo pierden.
Al final le dije que se fuera a... solo, de vacaciones y el triste y compungido decidió quedarse en Valladolid pero dejándome claro que no era por mi negativa a ir con él, que le sobraban mujeres para lo que quisiera, y yo lo sé, estoy arrepentida de no haberme lanzado a sus brazos, y dejarme llevar por su grata compañía y su olor a colonia de garrafa, pero resulta que yo tengo gusto, y de momento los fulanos salidos no me ponen.
Otra vez será, o mejor en otra vida... ufff, ni eso.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Al final has sido mala y has hablado de "nuestro hombre". Lo pintas clavadito. Besos, Henarunditeri

Beax dijo...

Si, he sido mala...
Menos mal que en buena hora le dijiste lo de las vacaciones en soledad, creo que nos dejará en paz de una vez por todas, que alivio, lo siento por Charlie, que lo tiene que aguantar todo el año.