lunes, 1 de junio de 2009

INESPERADO

Hay días en lo cuales cuesta mucho tirar del carro, se hace muy pesado, y lo imperfecto es que no saber para donde conducirlo, aunque hoy el destino quiso que mis pasos se dirigieran a la biblioteca, pero no a la de siempre, a otra, y allí le encontré, y me puse a temblar, después de hablar con él, mientras disimulaba las ganas de besarle, me dí cuenta de lo mucho que le echaba de menos.
Pero eso es ya harina de otro costal, me repetía mentalmente mientras le miraba sonreirme, a veces me sorprendo de la fuerza de voluntad que saco a veces.
Me fui dando gracias al que rige mi vida por tan imprevisto encuentro, aunque ahora tengo que asentar las emociones y el espíritu, debo empezar a recordar porque no puedo recordarle.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Últimamente la vida te está poniendo unas pruebas muy duras que superar, y unas tentaciones aún más duras. No sé si todo esto quiere decir que deberías abandonarte a tu suerte y sacar la bandera blanca y claudicar.

Claro que hablo desde la completa ignorancia. A veces es mejor reprimir los instintos si luego no quieres que tus instintos te devoren.

Hagas lo que hagas, ánimo. Mejor el dolor por la vida que no sentir nada mientras se vive.

Besos. Mª Jesús

Beax dijo...

Ojala yo tuviera la última pálabra pero me temo que en este caso no tengo ni voz ni voto, como siempre el tiempo dirá, aunque mi intuición algo sabe, pero te doy la razón en tu manera de verlo .
Que me quiten lo bailao.