Se me erizan los pelos de pensar hasta donde puede llegar un ser humano por despecho.
También debo decir que todos no somos iguales, y yo tengo claro que nunca llegaré a ciertos límites solo por el mero hecho de hacer daño. ya me vi en la situación y no fui capaz, gracias al cielo.
Si no sabes encajar la derrota, no lo pagues con tus hijos, porque no tienen la culpa, aguantate o cambia pero no hagas daño deliberadamente a dos personas que deberían ser lo mas importante para ti, si tuvieras moral, que yo creo que ni eso.
Y así nos encontramos, con un padre que adora a sus hijos, y unos hijos que adoran a su padre, pero que por cuestiones legales tienen que aguantar a una madre con problemas psiquicos evidentes, que les trata a base de prohibiciones y a la que lo único que la importa es el dinero que pueda llevarse, o con quien salga o entre su ex-marido, ahora que ya es tarde.
Y luego está la maldita justicia que permite todo esto y más, sin pararse a pensar en los niños.
Llegados a este punto entra en juego la paciencia, o la usas o te dan ganas de cojer una recortada y...
Nos quedaremos con lo bueno, porque si no, nos quedaremos con el fin de semana en la feria, y las caras de emoción, y las risas, los abrazos y el cariño que se desprendió, y pensaremos en el próximo fin de semana, y en hacer planes para exprimir el tiempo que podemos compartir por el momento.
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