jueves, 19 de agosto de 2010

EL SUEÑO DE HIPATIA


Hace tiempo que los cristianos olvidaron la violencia sufrida, cuando eran convertidos en antorchas humanas, arrojados a las fieras del circo o crucificados, acusados de que sus principios eran perversos y condenables.
No eran ni lo uno ni lo otro, ni los hacia acreedores de la ignominiosa muerte a que los condenaban porque nadie debe ser condenado por sus ideas. Los acontecimientos presentes indican que la experiencia no les ha enseñado gran cosa.
Hoy son ellos quienes persiguen a los que disienten. Los cristianos destruyen aquellos escritos que no coinciden con sus pensamiento único que consideran verdadero y que excluye a los demás.
Queman libros de los que llaman herejes, como quemaron la biblioteca del Serapeo. Queman sus ideas, que es una forma de quemar a quien las escribe.
Siento miedo y a la vez abrigo esperanzas porque creo en otro mundo donde las ideas no sean perseguidas, donde las gentes puedan expresarse sin miedo y que pensar de otra forma no sea un delito abominable.
Sueño con un mundo donde el pensamiento sea respetado y las ideas sometidas a discusión.
Sueño con un mundo donde el Agora sea un lugar de encuentro, reunión y debate para quien tenga algo que decir.
Sueño con un mundo sin fanatismos, donde expresarse libremente sea algo cotidiano.
Sueño con un mundo donde ser diferente no sea un delito.
Quizá, algún día, si alguien logra poner a buen recaudo estos textos, alguien lea estas lineas escondidas en las que una mujer soñó con otro mundo.

Idus de octubre de MCLXV ab urbe condite.

PD: Del libro " El Sueño de Hipatia" (José Calvo Poyato)

No hay comentarios: